El consumo de bebidas azucaradas se asocia con un incremento del riesgo de desarrollo de numerosas enfermedades, entre otras la diabetes, la obesidad y las caries dentales. Un riesgo para la salud que, si cabe, resulta más importante en el caso de los niños. No en vano, los refrescos y zumos comercializados para los niños contienen unos niveles de azúcar